No tengo vergüenza
Más de un mes sin actualizar... Y sigo sin saber qué poner. Y la gente sigue entrando, supongo que con la "esperanza" de ver algo distinto. La verdad es que, como las últimas Navidades, estoy a tope de trabajos. Pero no es excusa, porque muchos sabréis que empecé a escribir un blog en época de exámenes, y actualizaba casi cada día. El problema es que siento que ya no tengo nada más que decir. Ya no me gusta contar las cosas que me pasan, porque no me pasa nada interesante, y lo poco que me pasa, no me apetece contarlo, o no sé cómo hacerlo, o simplemente tengo la sensación de que me estoy repitiendo, de que siempre hablo de lo mismo. Se me han agotado las ideas "originales", aunque mis ideas nunca lo fueron demasiado. No sé que decir, esta "crisis" se está alargando hasta límites insospechados. He llegado a plantearme cerrar el blog. Si no lo he hecho ha sido por dos motivos. El primero y más importante es la gente, sé que acabaría perdiendo el contacto con muchas de las personas que he conocido aquí, y no quiero que eso pase. Aunque a este paso ya voy en camino, pero creo que todavía puedo dar marcha atrás. El segundo es la esperanza de que se me pase, aunque en este tema soy bastante pesimista. No sé, sólo quería excusarme, tal vez dar una pequeña sorpresa a la poca gente que todavía se pasa por aquí de vez en cuando, y aprovechar para felicitaros la Navidad y el Año Nuevo a todos, especialmente a aquellos que, a pesar de mi ausencia, me han dejado algún comentario de felicitación porque sabían que lo iba a leer.
No voy a prometer que volveré, porque no sé si seré capaz de cumplirlo. Sólo os digo que me da mucha pena tener esto así, y que ojalá pase pronto. Gracias a todos los que hacéis que no quiera dejarlo.
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