Tengo de subir al árbol...
Los primeros días son los más duros. Sobre todo por la mañana cuando me despierto. Abro los ojos y reconozco mi cuarto. Entonces sé que hoy no vas a venir a buscarme. Y quiero seguir durmiendo, cerrar los ojos y dejar que pase el tiempo. Conforme pasan los días me voy acostumbrando poco a poco a que no estés, pero al principio me cuesta mucho. Sé que no te gusta que llore porque te echo de menos. Por eso intento aguantarme cuando me estás viendo, aunque a veces no lo consigo. Pero llorar no es malo, es peor tener ganas y no hacerlo. Además, lo necesito para liberar toda esta rabia que tengo por no poder verte a diario, por no poder disfrutar de ti como quisiera. "¿Cómo lo soportas?". Cuántas veces me habrán hecho esa pregunta... Lo soporto porque lo que siento por ti es más fuerte que el dolor. Lo soporto porque sé que merece la pena. Porque me lo has demostrado. Porque me lo he demostrado. Estas vacaciones han sido diferentes a las de año pasado, pero igual de maravillosas. Hemos caminado menos, pero me he cansado más. O a lo mejor es que he tenido más confianza para decirte que no me apetecía seguir andando. He tenido más confianza para protestar y para reñirte. Unas veces con motivo, pero muchas otras sin él. No pensé que tendrías tanta paciencia conmigo. Me avergüenzo de mi mal genio y de mis caprichos, pero en esos momentos no me doy cuenta. De lo que sí que me doy cuenta es de la suerte que tengo contigo, porque me los aguantas sin rechistar. Yo no podría. A veces pienso que no te merezco. Ojalá pasen volando los días que quedan para volver a verte. Sólo quiero estar contigo, y no tener que volver a separarme de ti.
Te quiero.
Al 100%.
<< Home